26.11.06

Con mucha clase

Daniel Craig supera sin dificultades el gran reto que suponía interpretar al archiconocido agente secreto 007. Está espléndido en una película que es sin lugar a dudas el mejor Bond desde hace tiempo. Y mira que a Pierce Bronan le pegaba el papel, pero sus guiones fueron terroríficos. De su etapa sólo salvo Goldeneye, y por los pelos.
Casino Royale viene a sumarse a esa moda en boga en Hollywood de regresar a los inicios de sus personajes. Lo hicieron con Batman, no del todo con Superman, y ahora llega el inglés James Bond.
Y lo hace de forma impecable, en una película entretenida y bien hecha, pero sobre todo, fantásticamente interpretada. De verdad, Daniel Craig hace un Bond fantástico.
La película inicia con un impresionante prólogo en blanco y negro que cualquier trailer reventaba, lo cual es una pena. Maravillosa la pelea en el baño. Luego llegan los títulos de créditos, con una música que no acabó de convencernos a Adri y a mi, para inmediatamente, saltar a una secuencia de persecución trepidante a lo yamakasi. Alucinante, vertiginosa.
La película tiene muchos guiños a la saga, como el momento en que Bond consigue en una apuesta el Aston Martín que después utilizará en numerosas ocasiones, y muchos puntos cómicos que no desentonan en absoluto. El mejor, Bond en casa de M hablando sobre el nombre de ella... y toda la secuencia, por otro lado espeluznante, de la tortura a que es sometido el famoso espía.
Toda la parte que se desarrolla en el aeropuerto es pura adrenalina y tiene algunos planos dignos de levantarse en el cine a aplaudir. Cuando termina esa secuencia, la película ya lleva una hora de metraje y parece la película con menos líneas de diálogo de la historia (aunque ahí están la de los monjes y la segunda de Bourne...). Entonces la película da un primer giro. Aparece el personaje de Eva Green y Bond se dirige al Casino Royale que le da título al film. A partir de aquí, el diálogo empieza a formar parte de la película. Toda esta segunda parte está marcada por la estructura de calma, acción, calma, acción que permite contar sin aburrir toda la partida de cartas, que de otra manera podría haber sido horrible.
Pero la película aún tiene que girar una vez más. La tercera parte es quizá la que más extrañado te deja al principio (a mi no, que ya me había visto la antigua y sabía lo que iba a pasar). Son casi diez minutos de romance antes de "la última batalla".
Lo mejor de la película es sin duda Daniel Craig. Y brilla sobre todo porque hace de Bond un personaje diferente a lo que estábamos acostumbrados, como si no le importara ser quien es. Y donde más brilla es en la secuencia de la tortura. Increible. De aplaudirle.
Buena película. Y encima, es de agradecer que por fin haya un malo en la saga Bond cuyo objetivo no sea el de siempre, o sea conquistar el mundo o destruirlo.

2 comentarios:

Shiba dijo...

No la he visto -ni creo que lo haga- porque aunque suene a sacrilegio soy bastante poco fan de la saga 007. No he visto ni una de las de Sean Connery, ni las de Roger Moore... ni ninguna, vamos. Mi conocimiento de 007 es poco menos que anecdótico y basado en clichés, así que dudo que vea esta nueva versión de "Casino Royale"... pero si el actor ha sabido superar su aspecto de actor porno alemán para elevarse en el podio de los grandes 007, enhorabuena por él...!

adrimedia dijo...

porno alemán? lo mismo se le da bien al pollo éste, pero desde luego que como 007 lo borda...