29.3.07

Una gozada

Esa es la única manera posible de definir 300: una gozada. Ya no sólo la historia que cuenta, que está bien, ni el modo en que la cuenta, que es muy bueno. La última película de Zack Snyder es ante todo una gozada visual. Está llena de imágenes con fuerza, brutales, salvajes, pero siempre primando la grandeza de la imagen.
Es cierto que fuimos al cine temiendo el resultado. Podía ser un peliculón o podía ser la mierda que fue Sin City. Venía avalada también por Frank Miller.
A mi el que el director fuera el mismo de Amanecer de los muertos, película de zombies que me encantó, me daba un poco de buen rollo.
Bueno, pues 300 empieza y cuando lleva dos minutos piensas "joder, ya estamos con la puta voz en off, esto va a ser un suplicio interminable" y apenas un minuto después dices "mooola" porque las imágenes tienen fuerza. Después llega el emisario persa, secuencia maravillosa donde además nos encontramos con un papel femenino (maravilloso lo de "las mujeres espartanas somos las que traemos al mundo a los verdaderos hombres") con verdadera fuerza (cosa que además no se ve ultimamente en películas americanas), tenemos una pequeña escena íntima y después nos vamos a por lo importante: pelear.
Y la primera batalla nos deja con la boca abierta, flipando. Es absolutamente increíble. Y el resto de la película sigue en esa línea, manteniendo una tensión constante cortada por algunos toques de humor que aumentan el disfrute de uno (maravilloso eso de "ahora me viene mal postrarme porque tengo un calambre aquí", o lo de "se ve que no conoces a las mujeres espartanas, visto lo visto podríamos haberlas traído también").
A ver, tiene algunas cosas que le sobran, pero como conjunto la peli es muy buena, y el rollo medio comic medio cine que se lleva hace que no te importe que algunos efectos canten. De hecho, no descarto del todo que algunos efectos canten a propósito. Pero tiene otros de flipar, sobre todo las batallas, o el momento en que ves desgajarse la piel antes de caer la cabeza de cierto personaje... o el filo de la espada quemando el casco de Leónidas...
Me encantó la película. Me hizo salir del cine queriendo ser espartano...
¡Espartanos! ¡Preparaos para la gloria!

27.3.07

Daran

Hace muchos, muchos años, en una galaxia muy lejana, una chica me grabó un disco con música belga y francesa. El que más me llamó la atención fue un tal "Daran et les chaises". En aquel disco había una canción: Olivia.
Me encantó. Cuando aprendí a usar esa maravilla de la piratería que es el emule, y ante la absurda negativa de la Fnac Madrid de pedirme los discos a la Fnac Paris, me los descargué. Y con sólo escuchar aquel Dormir Dehours, me enamoré.
Daran se separó y continuó su carrera en solitario. Siempre conseguí los discos originales gracias al amigo de un amigo que iba a Francia y me hacía el favor. De todos los discos, me quedo con "Augustin et Anita". Increible.
Este 2007, Daran saca nuevo disco, "le petit peuple du Bitume". Esta vez es Adri el que me lo trae. Y a mi se me sube la neura a la cabeza y me da por decir que si no le veo en directo ahora, jamás lo voy a hacer, que para hacer locuras este es el momento. Así que me busco un vuelo de esos de un céntimo en Ryanair y me planto en Paris.
La sala era pequeña pero agradable. El concierto empezó con un telonero muy sonriente y agradable que cantó dos o tres canciones muy buenas. El público era cuanto menos extraño. Yo esperaba gente de mi edad, pero la mayría era gente mayor, vamos, de 30 para arriba. Y por fin sale el grupo. Daran con su guitarra, un bajista, un batería, y otros dos guitarras, uno de los cuales hacía las veces en alguna canción de teclista. Eso me sorprende, porque hace un frontal de cuatro personas.
Inician muy lentos, tocando la primera canción del nuevo disco, con un Daran muy estático, que termina la canción dando las buenas tardes antes de empezar con la siguiente canción. Tocaron todo el nuevo disco, en orden, incluido el epílogo, antes de marcharse por primera vez. El nuevo disco, hay que decirlo, tiene unos ritmos lentos, pausados, con algún subidón de vez en cuando, como es esa maravilla de Gala, gala, gala, etc o esa gozada que es Le mouvement des marees.
La gente no deja de aplaudir sin parar hasta que vuelven a salir.
Y lo hacen con aires renovados, para tocar canciones del resto de discos, mucho más cañeras, más rockeras, y aquí Daran empieza a moverse y a dar todo de sí. La locura viene con Dormir Dehours, pero antes tocan una increible versión de Violence zero y otras tantas.
Vuelven a irse, y al rato regresa tan sólo Daran, con una guitarra acústica, y escucha peticiones, riéndose cuando le piden canciones difíciles. Decide tocar Une sorte d'eglise, en versión cantautor, metiéndose consigo mismo entre frase y frase por "hacer letras tan difíciles de las que no consigue acordarse". La gente se ríe con él. En un momento dado se para y pide ayuda, una chica le contesta la frase que va a continuación, y él responde "¿Eso va ahora?, mira que soy raro" Muy simpático, continúa la canción, asegura que a medida que avanza la letra le va saliendo, se ríe, nos reímos, termina la canción y se va.
Vuelven a salir. Tocan otras dos o tres canciones y terminan con Le boxeur. Impresionante. Saludan al público, se encienden las luces, y se marchan, esta vez sí. Dos horitas y media de concierto que han valido la pena.
Y encima, lo vi en primera fila, a apenas metro y medio de Daran.
Os dejo un pedazo del cocnierto, la canción es Gala, gala, gala, etc. La calidad es infumable porque está grabado con mi cámara de fotos.

23.3.07

Hopewell desaparecido

Bueno, tenía que encontrar un momento para escribir esto, y por fin...
Sí, ya sé que estoy desaparecido, que no doy señales de vida en el blog... pero no me he muerto, ni me he olvidado de mi contraseña, ni he abandonado este espacio para siempre jamás. Simplemente no doy abasto. Entre el proyecto del master, los rodajes, y 24 (esa serie tan cojonudamente cojonuda) pues oye, que llego a casa y ando más estresado que todo, y no tengo tiempo más que de irme a dormir. Que ganas de pensar y escribir, pocas.
De hecho, hoy tampoco es que ande yo muy lúcido.
Pero bueno, que sigo por aquí, y que tengo cosas de las que hablar (como el inminente estreno de la serie internetera "Independizados") y que pronto retomaré el curso normal del blog. Ya lo veréis. Tenedme paciencia estos días.
Un saludo desde el lodo.

10.3.07

Captivity

Voy a ser breve criticando esta película que vi hace unas horas para pasar el rato. Para empezar, contundencia: no sirve para nada excepto para pasar el rato, ahora bien, si lo que quieres es pasar el rato, está de puta madre, porque entretiene y tiene un par de buenos sobresaltos.
La dirige el de "La misión", y uno se pregunta qué coño hace haciendo ahora esto, y por qué te ponen "del director de La misión" como promoción. A mi, personalmente, me hace preguntarme qué tan bueno puede ser ese director si "La misión" se rodó hace más años que perry. ¿Y desde entonces? ¿Nada lo suficientemente bueno como para colgar en el cartel? Escamoso cuando menos...
La protagoniza Elisa Cuthbert, alias Kim Bauer en 24. La pobre como siempre, de chica secuestrada. Hace lo que sabe hacer, poner cara de compungida y punto. Tampoco creo que se le pueda exigir mucho más.
En cuanto a lo que es la historia... vamos a ver, empieza bastante bien, y mantiene un buen ritmo hasta más o menos la primera hora de película. A partir de ahí empieza el final de la película, que se hace eterno. El giro no es demasiado sorprendente, la verdad. Al menos yo me lo esperaba. Aunque sí tiene un par de detalles rescatables.
En fin... para una tarde de palomitas está muy bien.

9.3.07

The host

Tenía buena pìnta, la ponían de obra maestra, la comparaban con Alien y Tiburón...
Joder, así está claro que uno muerde el anzuelo y se lanza de cabeza al cine a ver "the host", una peli oriental de supuesto terror con bicho monstruoso y mutante por protagonista.
Ok, es cierto, la peli, a pesar del espantoso doblaje, empieza muy bien, con una actitud sobria, una primera estampida que sirve de presentación al bicho que me pareció un increible plano secuencia...
En fin, que está bien hasta que el bicho atrapa a la niña y se la lleva. Después, empieza el surrealismo. Y es que uno nunca está seguro con esta película, de si está viendo algo serio o es de coña. Porque vamos a ver, tiene escenas con tensión,interesantes en cuanto a su proposición, que te permiten meterte en la historia que te están contando para que te la "creas", siempre entre comillas...
Y luego tiene escenas en las que parece que los chinos, o coreanos, o lo que sean,se están riendo de ti. Vamos a ver, primer punto, ese funeral por la niña, donde supuestamente todos están muy afligidos y de repente empiezan a revolcarse por el suelo, a pegarse patadas extrañas, a gritar incoherencias... dios mio, si parece que están en la feria...
Pero hay más: ¡Que alguien me explique lo del médico bizco! Por dios, si cada vez que salía la gente se meaba de la risa, que no era nada serio... ¿Es algún tipo de broma oriental que aquí no pillamos o qué?
¿Y esa escena en la caseta, con el viejo hablando de su hijo atontado y diciendo que "yo he pasado tanto tiempo con él en la tienda que cuando se tira un pedo puedo saber de qué humor está". Ajá, eso debe ser filosofía oriental. Y yo... no la pillo.
Pero es que además de esa divagación entre los terrenos de la seriedad y la broma, el guionista tampoco parece aclararse con el tipo de película que quiere hacer, así que las mezcla todas. Que quieres una de monstruos, pues una escenita de monstruo, que te gusta el cine de acción, pues una fuga de hospital, que te gusta el cine negro, pues ahora tenemos un personaje experto en huír de todo el mundo que tiene que huír de la policía, que te gusta lo íntimo, pues dos niños en una tubería pasando frío, hambre y miedo, que te gusta el cine familiar, pues la escena en la caseta...
En fin, que yo salí del cine con la impresión de que me habían tomado el pelo.


4.3.07

Una noche para la historia

Teniendo en cuenta que había gente acampando a las puertas de las tiendas que iban a abrir a las doce de la noche para vender en exclusiva las entradas de Héroes del Silencio, se me hizo una locura intentarlo en la tienda y aposté por el cajero.
A las diez de la noche, la situación era dantesca. Decenas de personas haciendo cola en los diversos cajeros de Ibercaja, a la espera de la medianoche, para comprar su dichosa entrada.
Ocurrió lo inevitable. Y es que lo que no me explico es que, si no tienes un sistema capaz de resistir la esperada e inevitable avalancha que se va a desencadenar, ¿para qué pones a la venta nada en tu sistema? Pues eso, que a las doce en punto, en todos los cajeros de ibercaja de españa, alguien metía su tarjeta de crédito con la esperanza de comprar su entrada... y el sistema colapsó.
Poco a poco, la gente fue dándose por vencida. Pasamos de estar en el puesto quince de la cola a estar los primeros en cuestión de dos horas y media. Las 2:30, un frío de pelotas, de noche en Madrid, y probando una y otra vez en el cajero, la maldita tarjeta, y una y otra vez el mensaje de error, sistema sobrecargado.
Nos dividimos, a la desesperada. En Sun Records iban a abrir a las diez de la mañana y tenían a la venta quinientas entradas. Uno de nosotros se lanza para allá mientras el otro continúa probando en el cajero, una y otra vez. ¿Cuántas veces puede meterse la tarjeta en la ranura en cuestión de una hora?
En Sun Records la situación no era mucho mejor. Había cola, había sacos de dormir, había mantas, había cartones para paliar el frío, uno se hace amigo de los desconocidos, hay buen rollo, charlas amenas, risas y bromas con la situación de la vivienda para los jóvenes que esa noche dormíamos en la calle, todos apretados, porque ni las mantas ni los cartones nos libraban del todo del frío.
A las seis y media de la mañana, el sistema de cajeros se liberó, apenas un poco, pero lo justo para que consiguiéramos nuestras entradas. Abandonamos Sun Records, abandonamos Ibercaja, y nos vamos a casa, como quien vuelve de una noche de fiesta, casi amaneciendo, un frío de pelotas, pero con la entrada a buen recaudo en el bolsillo.
12 de Octubre, Zaragoza, Héroes del Silencio.
Allí estaré.