1) Historia natural del canibalismo, de Manuel Moros Peña.
2) Latitudes piratas, de Michael Crichton.
3) La cúpula, de Stephen King.
4) Septiembre Zombie, de David Moody.
5) La caza, de Clive Cussler.
6) La huída, de Allan Folsom.
7) El imperio del agua, de Clive Cussler.
8) Apocalipsis Z 2: Los días oscuros, de Manuel Loureiro.
9) La conspiración maquiavelo, de Allan Folsom.
10) Zombie planet, de David Wellington
Hoy, completaré la lista de libros leídos en 2010.
11) Juegos de ingenio, de John Katzenbach.
Libro con un buen planteamiento de thriller y una trama que podría haber sido absorbente en manos de un escritor con talento. Katzenbach le imprime una prosa lenta, aburrida y tediosa que hace que las partes del libro que carecen de acción se conviertan en una caminata cuesta arriba. Me quedo con la idea de que podría haber sido una buena historia pero no lo fue.
12) Atlantis, de Greg Donegan.
Me atraen estos temas, qué le voy a hacer. Sé que por lo general no llevan a buenas novelas, pero a veces uno no puede evitar seguir la llamada del corazón. Y a veces, después de la lectura, uno se pregunta si no valdría más que llegara el malo del Templo maldito y te hiciera lo de budelamsudelam y te arrancara el corazón.
En fin, una pérdida de tiempo.
13) Después del anochecer, de Stephen King.
Por lo general, no soy muy amigo de los relatos cortos. Prefiero las novelas. Pero bueno, todo lo que escribe el señor King llega a mis manos y es leído con avidez. En concreto, esta colección de relatos no me pareció muy buena. Al menos no tanto como Todo es eventual. Pero aún así, hubo unos pocos relatos que me parecieron geniales:
- El gato del infierno: sobre un gato que nadie logra matar. Sencillamente brutal.
- La chica del pan de jengibre: Maravilloso relato que parte de la base de una chica que corre. Toda la parte final es maravillosa.
- Un lugar muy estrecho: Donde sale a relucir el Stephen King más escatológico y se demuestra capaz, una vez más, de revolver estómagos. No apto para leer después de haber comido.
- N. El mejor relato del libro. Brutal, digno del mejor King.
14) Infected, de Scott Siegler.
No sé, nunca me enganchó la trama del todo. Me daba la impresión, o eso quería vislumbrar, que había una idea interesante de fondo, pero para mi gusto, está mal contada.
Y hasta aquí. Eso quiere decir que llevo 25 libros en 2010. Y ahora me estoy leyendo dos a la vez, así que cuando termine con ellos, ya os diré qué opino.
12) Atlantis, de Greg Donegan.
Me atraen estos temas, qué le voy a hacer. Sé que por lo general no llevan a buenas novelas, pero a veces uno no puede evitar seguir la llamada del corazón. Y a veces, después de la lectura, uno se pregunta si no valdría más que llegara el malo del Templo maldito y te hiciera lo de budelamsudelam y te arrancara el corazón.
En fin, una pérdida de tiempo.
13) Después del anochecer, de Stephen King.
Por lo general, no soy muy amigo de los relatos cortos. Prefiero las novelas. Pero bueno, todo lo que escribe el señor King llega a mis manos y es leído con avidez. En concreto, esta colección de relatos no me pareció muy buena. Al menos no tanto como Todo es eventual. Pero aún así, hubo unos pocos relatos que me parecieron geniales:
- El gato del infierno: sobre un gato que nadie logra matar. Sencillamente brutal.
- La chica del pan de jengibre: Maravilloso relato que parte de la base de una chica que corre. Toda la parte final es maravillosa.
- Un lugar muy estrecho: Donde sale a relucir el Stephen King más escatológico y se demuestra capaz, una vez más, de revolver estómagos. No apto para leer después de haber comido.
- N. El mejor relato del libro. Brutal, digno del mejor King.
14) Infected, de Scott Siegler.
Infected es una novela tan surreal como interesante. Con momentos que te hacen pasar verdadera tensión y otros que te hacen fruncir el ceño y preguntarte qué carajo fumaba el autor. Infected es una novela muy curiosa, y a mi me resultó francamente interesante. Y me gustaría hablar del por qué, pero significaría desvelar parte de la trama.
Me tuvo pegado al libro durante toda la trama.
15) La dama negra, de Stephen L. Carter
Cuando era pequeño, este libro estuvo de moda. Mil veces me lo recomendaron y mil veces me dio pereza y no lo empecé. Este año lo cogí finalmente y me puse a leerlo... y me pareció una bobada de libro. No entiendo qué le vio la gente para convertirlo en un superventas. Creo que está mal contado, que no queda realmente nada claro cómo se lleva a cabo es partida de ajedrez humano. Que sí, que te dicen "no se quién es el alfil" y dices tú "¿Y qué pasa? ¿Que solo se mueve en diagonal?".Me tuvo pegado al libro durante toda la trama.
15) La dama negra, de Stephen L. Carter
Lo pongo aquí, aunque estrictamente no es un libro leído, porque tiene el dudoso mérito de ser el primer libro que abandono en más de cinco años. No puedo decir si la trama pintaba bien, porque en todo lo que leí no estoy seguro de que empezara a desarrollarse la trama. Carter escribe lento y tedioso, más aún que Katzenbach. La lectura se me hizo pesada que empezaba a divagar sobre cualquier otro tema mientras leía. Horrible, en serio. Nunca antes me había sentido tan aburrido con una novela.
16) El terror, de Dan Simmons.
Y de un extremo al otro. No conocía a Dan Simmons hasta que cogí este libro, dejándome llevar por la recomendación de un empleado de una tienda de comics. Bendito seas, te llames como te llames.
El terror toma como punto de partida una expedición real que intentó cruzar el paso del Norte hace un par de siglos y quedó atascada en el hielo durante todo el invierno, siendo incapaces de continuar la primavera siguiente. Y Dan Simmons toma parte de esa realidad, la mezcla con un pequeño elemento ficticio y construye una novela verdaderamente espeluznante que atrapa y absorbe desde el primer momento.
Sufrí con los hombres que viajaban a bordo de El Terror, prácticamente fui capaz de sentir el aire congelante que ellos sentían, pasé hambre con ellos y alimenté esperanzas de alcanzar zonas seguras.
Un gran libro.
17) El ángel más tonto del mundo, de Christopher Moore.
Al parecer este tipo es un superventas. Al parecer, con esta novela uno debía partirse de risa. Yo creo que sonreí en un par de ocasiones, pero no más. El libro es una historieta tonta, a veces sin demasiado sentido, que sorprende con el giro que toma a mitad del libro y los derroteros por los que transcurre a partir de entonces, pero no es un buen libro.
Si hubiera serie B en libros, éste sería serie B.
18) Infierno en el paraíso, de Richard H. Weber.
Con la portada y el resumen de la solapa uno espera que esta novela sea una mezcla entre cualquier slayer tipo Turistas y Blanco Humano. Pero nada más lejos de la verdad. Esa parte dura apenas cincuenta páginas, y el resto del libro no vale la pena. Bueno, de hecho, esa parte tampoco vale mucho la pena.
19) La mujer del viajero en el tiempo, de Audrey Niffenegger.
Cuando esta novela empieza, sientes que estás ante una historia novedosa y jamás contada, completamente original y adictiva. Esa sensación perdura unas cien páginas, que se leen con avidez. Después, si bien es cierto que la novela es original, la trama empieza a desinflarse. De hecho, hubo una parte de la novela que se me hizo muy pesada, por la mitad del libro. A medida que se acerca el final, es cada vez más predecible lo que ocurrirá. En parte, eres capaz de viajar en el tiempo hasta el final de la novela de la misma manera que lo hace el protagonista.
Hicieron una película. Y bah, aburridilla.
La novela, por lo menos, te deja ese gusto de haberte leído algo que ya has leído mil veces, pero contado como nunca te lo han contado.
20) El almacén, de Bentley Little.
No lo negaré: El almacén me entretuvo y me pareció una novela muy divertida.
Pero tampoco negaré que bebe demasiado de La tienda, de Stephen King, y tiene demasiadas cosas que recuerdan a la novela de King. Incluso creo que tiene alguna referencia a La Torre Oscura, pero disimulada. No sé, eso es lo que no me gustó de la novela, que sentí que estaba leyendo La Tienda Segunda Parte (y en letra pequeñita: "Ahora, ha montado un almacén").
Pero que es divertida, sí, lo es. Y jode un poco el hecho de que se quede corta al ahondar en subtramas que podrían haber dado mucho jugo. Pero Little lo deja pasar tontamente.
21) El sótano, de David Zurdo y Ángel Gutierrez.
Y acabo de ver que en la portada de mi ejemplar también pone eso de "la próxima película del director de El orfanato", cosa que, por cierto, es mentira. Pero seguro que les valió para vender algún ejemplar que otro.
La novela adolece de los mismos factores que Septiembre Zombie: parte de una premisa interesante, se desinfla como un globo de helio con el paso del tiempo y, aunque el final mejora, no lo hace lo suficiente como para reflotar la historia.
23) El símbolo perdido, de Dan Brown.
El tipo que escribió una gran thriller como "Ángeles y demonios" y un pastiche regulero como "El código Da Vinci" regresa con el personaje de Tom Hanks... digo... bueno, como se llame el profesor ese, y una historia que no se tiene en pie. El estilo de Brown nunca me ha emocionado demasiado, pero tiene a su favor que es rápido y se lee en un suspiro. Si te dejas llevar por la historia y tratas de no pensar en nada más, el libro te mantiene en vilo lo suficiente como para que termines la novela.
El problema viene si te pones a pensar. Ya no en lo absurdo de esta historia, sino en el hecho de que los personajes de esta novela son los mismos que en las otras dos, pero con distintos nombres. Tenemos a Tom Hanks, ok. Tenemos a una chica, que como las chicas de los otros dos libros, es fuerte, capaz y resuelta. Y habla y se mueve igual. Tenemos al viejo amigo de Tom Hanks con capacidad para resolver enigmas importantes. Y tenemos al malvado psicópata con obsesiones conspiratorias.
Buf... misma fórmula, distinto paquete.
Y eso es lo que hizo que este libro fuera una mayor decepción de lo que esperaba.
24) Cuestión de olfato, de Spencer Quinn.
Uno de los mejores libros que me he leído este año. Francamente divertido, con una trama puramente policiaca que, aunque facilona, te absorbe gracias, sobre todo, a Chet, el perro del detective encargado del caso. Y es que la novela te la cuenta Chet, y ese es el mayor acierto del libro, porque le coges cariño en seguida, te desesperas con su memoria de perro y sus intereses caninos en los peores momentos posibles... Llega a desesperar, de una forma buena, cada vez que los personajes tienen una conversación interesante y de repente Chet recuerda dónde escondió una galleta para perros y deja de escuchar las conversaciones.
O cuando el dueño le pregunta, hablando para sí mismo en realidad, "¿Quién es nuestro enemigo?" y Chet sólo es capaz de pensar en cierto loro que le saca de quicio...
Chet es genial.
Y además, tiene varios momentos que te arrancarán una sonrisa. Seguro.
25) El ocho, de Katherine Neville.
16) El terror, de Dan Simmons.
Y de un extremo al otro. No conocía a Dan Simmons hasta que cogí este libro, dejándome llevar por la recomendación de un empleado de una tienda de comics. Bendito seas, te llames como te llames.
El terror toma como punto de partida una expedición real que intentó cruzar el paso del Norte hace un par de siglos y quedó atascada en el hielo durante todo el invierno, siendo incapaces de continuar la primavera siguiente. Y Dan Simmons toma parte de esa realidad, la mezcla con un pequeño elemento ficticio y construye una novela verdaderamente espeluznante que atrapa y absorbe desde el primer momento.
Sufrí con los hombres que viajaban a bordo de El Terror, prácticamente fui capaz de sentir el aire congelante que ellos sentían, pasé hambre con ellos y alimenté esperanzas de alcanzar zonas seguras.
Un gran libro.
17) El ángel más tonto del mundo, de Christopher Moore.
Al parecer este tipo es un superventas. Al parecer, con esta novela uno debía partirse de risa. Yo creo que sonreí en un par de ocasiones, pero no más. El libro es una historieta tonta, a veces sin demasiado sentido, que sorprende con el giro que toma a mitad del libro y los derroteros por los que transcurre a partir de entonces, pero no es un buen libro.
Si hubiera serie B en libros, éste sería serie B.
18) Infierno en el paraíso, de Richard H. Weber.
Con la portada y el resumen de la solapa uno espera que esta novela sea una mezcla entre cualquier slayer tipo Turistas y Blanco Humano. Pero nada más lejos de la verdad. Esa parte dura apenas cincuenta páginas, y el resto del libro no vale la pena. Bueno, de hecho, esa parte tampoco vale mucho la pena.
19) La mujer del viajero en el tiempo, de Audrey Niffenegger.
Cuando esta novela empieza, sientes que estás ante una historia novedosa y jamás contada, completamente original y adictiva. Esa sensación perdura unas cien páginas, que se leen con avidez. Después, si bien es cierto que la novela es original, la trama empieza a desinflarse. De hecho, hubo una parte de la novela que se me hizo muy pesada, por la mitad del libro. A medida que se acerca el final, es cada vez más predecible lo que ocurrirá. En parte, eres capaz de viajar en el tiempo hasta el final de la novela de la misma manera que lo hace el protagonista.
Hicieron una película. Y bah, aburridilla.
La novela, por lo menos, te deja ese gusto de haberte leído algo que ya has leído mil veces, pero contado como nunca te lo han contado.
20) El almacén, de Bentley Little.
No lo negaré: El almacén me entretuvo y me pareció una novela muy divertida.
Pero tampoco negaré que bebe demasiado de La tienda, de Stephen King, y tiene demasiadas cosas que recuerdan a la novela de King. Incluso creo que tiene alguna referencia a La Torre Oscura, pero disimulada. No sé, eso es lo que no me gustó de la novela, que sentí que estaba leyendo La Tienda Segunda Parte (y en letra pequeñita: "Ahora, ha montado un almacén").
Pero que es divertida, sí, lo es. Y jode un poco el hecho de que se quede corta al ahondar en subtramas que podrían haber dado mucho jugo. Pero Little lo deja pasar tontamente.
21) El sótano, de David Zurdo y Ángel Gutierrez.
Una historia rápida, para leer en un par de días, lo suficientemente interesante como para que quieras seguir y saber cómo acaba, pero tampoco esperes quedar prendado de una trama absorbente y apasionante. Creo que el mayor pecado de El sótano es lo previsible de los personajes. Es fácil imaginarse quién morirá, quién es el enemigo, y quién avanzará más que los demás. Pero bueno, el estilo de Zurdo y Gutierrez es fresco y ágil, y se agradece para leer algo en tiempos en que no quieras centrarte demasiado en algo.
22) Odio, de David Moody
Acabo de reparar en que este tío es el mismo de Septiembre Zombie...22) Odio, de David Moody
Y acabo de ver que en la portada de mi ejemplar también pone eso de "la próxima película del director de El orfanato", cosa que, por cierto, es mentira. Pero seguro que les valió para vender algún ejemplar que otro.
La novela adolece de los mismos factores que Septiembre Zombie: parte de una premisa interesante, se desinfla como un globo de helio con el paso del tiempo y, aunque el final mejora, no lo hace lo suficiente como para reflotar la historia.
23) El símbolo perdido, de Dan Brown.
El tipo que escribió una gran thriller como "Ángeles y demonios" y un pastiche regulero como "El código Da Vinci" regresa con el personaje de Tom Hanks... digo... bueno, como se llame el profesor ese, y una historia que no se tiene en pie. El estilo de Brown nunca me ha emocionado demasiado, pero tiene a su favor que es rápido y se lee en un suspiro. Si te dejas llevar por la historia y tratas de no pensar en nada más, el libro te mantiene en vilo lo suficiente como para que termines la novela.
El problema viene si te pones a pensar. Ya no en lo absurdo de esta historia, sino en el hecho de que los personajes de esta novela son los mismos que en las otras dos, pero con distintos nombres. Tenemos a Tom Hanks, ok. Tenemos a una chica, que como las chicas de los otros dos libros, es fuerte, capaz y resuelta. Y habla y se mueve igual. Tenemos al viejo amigo de Tom Hanks con capacidad para resolver enigmas importantes. Y tenemos al malvado psicópata con obsesiones conspiratorias.
Buf... misma fórmula, distinto paquete.
Y eso es lo que hizo que este libro fuera una mayor decepción de lo que esperaba.
24) Cuestión de olfato, de Spencer Quinn.
Uno de los mejores libros que me he leído este año. Francamente divertido, con una trama puramente policiaca que, aunque facilona, te absorbe gracias, sobre todo, a Chet, el perro del detective encargado del caso. Y es que la novela te la cuenta Chet, y ese es el mayor acierto del libro, porque le coges cariño en seguida, te desesperas con su memoria de perro y sus intereses caninos en los peores momentos posibles... Llega a desesperar, de una forma buena, cada vez que los personajes tienen una conversación interesante y de repente Chet recuerda dónde escondió una galleta para perros y deja de escuchar las conversaciones.
O cuando el dueño le pregunta, hablando para sí mismo en realidad, "¿Quién es nuestro enemigo?" y Chet sólo es capaz de pensar en cierto loro que le saca de quicio...
Chet es genial.
Y además, tiene varios momentos que te arrancarán una sonrisa. Seguro.
25) El ocho, de Katherine Neville.
No sé, nunca me enganchó la trama del todo. Me daba la impresión, o eso quería vislumbrar, que había una idea interesante de fondo, pero para mi gusto, está mal contada.
Y hasta aquí. Eso quiere decir que llevo 25 libros en 2010. Y ahora me estoy leyendo dos a la vez, así que cuando termine con ellos, ya os diré qué opino.
1 comentario:
A mí también me gustó El Almacén, me la leí del tirón en un par de tardes muy amenas...
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