22.10.10

Misiones Imposibles

Continuando con la revisión de la saga Misión Imposible, hace un par de noches vi la segunda parte de nuevo. Aún recuerdo cuando la vi en el cine y al salir escuché comentarios del tipo "vaya fantasmada", y yo tuve que reprimir eso de "por supuesto que es una fantasmada, porque esto no es Misión Realista, sino Misión Imposible". Es una fantasmada, sí, pero no en un sentido peyorativo, joder.
De hecho, eso es lo que nos gusta de las películas de acción. Que se pasen los límites.
No estoy seguro ahora mismo, pero creo recordar que ésta fue la última película decente de John Woo. Porque la verdad es que la película es trepidante, y si bien es cierto que la relación entre las películas de Tom Cruise y la ciudad de Sevilla es surrealista, apenas concede minutos de relajación al espectador.
Pero es que además va in crescendo. A partir del robo en China todo es acción pura, y la recta final es digna de volver a verla.
Y por supuesto, ya que visité de nuevo Misión Imposible 2, me permití el lujo de meterme en los extras del DVD para volver a reírme con Misión Improbable y ese Ben Stiller disfrazado de Tom Crooze.
Y ayer terminé la trilogía.
Vistas las tres de nuevo, creo que la tercera parte es la mejor. En todos los sentidos, además, porque técnicamente es brutal (y contiene algunos planos que aún me pregunto cómo demonios los hicieron) y es absolutamente trepidante.
Phillip Seymour Hoffman es la clase de tipo que uno no espera ver en una película como esta, pero lo cierto es que su villano está por encima de cualquier otro villano de la saga. El inicio de la película, con ese interrogatorio, es impresionante, y sienta las bases de lo que va a ver: una descarga de adrenalina pura de hora y tres cuartos de duración.
Acción pura. J.J Abrams dirige de forma espléndida y nos regala algunas secuencias merecedoras de aplauso. La primera que me viene a la mente, sin duda, es el ataque aéreo al puente, una secuencia sublime. Pero hay más, como son toda la operación en el vaticano, el rescate en Berlín del comienzo, o "El Péndulo" en Shangai. Todo con un gran McGuffin como motor de la acción, la pata de conejo, y con unos diálogos salteados con dosis de humor, algo presente en toda la saga pero que creo que aquí cobra una mayor fuerza.
Me quedo con la frase de Lawrence Fishburne: "Me cortaría las venas para que la bandera de Estados Unidos no perdiera el rojo".

4 comentarios:

alcorze dijo...

Juer la tercera parte no la he visto. La empecé a ver dos veces y entre unas cosas y otras no la terminé y ahora no sé ni dónde la tengo.

La primera me encantó y la segunda también me gustó mucho. La segunda recuerdo que la ví en Barcelona un día que hacía tanto calor que me metí en un cine para estar fresco y justo la echaban.

Jean Reno Jr dijo...

Vistas en perspectiva, la segunda es la más floja, sobre todo porque el malo no mola.
La tercera es buenísima. Si puedes, mírate los extras, que tienen un making of de la secuencia del puente cojonudo. Y añado la secuencia de Tom Crooze corriendo por Shanghai con el gran Simon Pegg al teléfono haciendo como que no habla con él.
Lástima de saga, porque podían haber sacado una cada tres años, en plan 007...

Crispi dijo...

La tercera increible!!!!!! y la segunda genial, la secuencia de la persecución en motos es increible!!!!!

Ana Laura dijo...

Bueno, sacándo lo que ya comenté sobre la primera peli, éstas dos me gustaron mucho -fantasmadas como son, que para eso voy a ver una película de acción, como bien has dicho.

Saludos!