14.6.06

Vaya semanita


Los días en el trabajo se hacen largos. llegas a casa y todo es mundial. ¿Y a lo que no nos gusta el futbol se nos permite hablar de otra cosa? Hombre, en realidad lo prefiero a que se pasen el día entero hablando de Rocío Jurado, Yola Berrocal o la novia de algún torero que me importa tres pimientos.
En el cine no han estrenado nada potable, supongo que para no hacerle sombra al evento futbolístico. España gana cuatro a cero su primer partido y ya somos campeones del mundial. ¿De verdad se cree la gente que van a pasar de octavos?
Llego a casa y me liquidan en el San Andreas nada más empezar. Busco algún estadio de futbol, para ver si entre las múltiples opciones de este violento juego se encuentra la de acribillar jugadores y aficionados. No sé, por pura diversión.
Leo la prensa. Parece que ha terminado la invasión de polillas pero ahora hay invasión de cucarachas. Claro, querrán ir al mundial también.
Sigo leyendo la prensa, veo el telediario. Sucesos. Un hombre se lía a patadas con su novia embarazada de dos meses. Pandilleros matan pandilleros. Siete imbéciles secuestran a un niño para pedir un rescate. Un hombre de sesentaytantos viola a su nieta de once años y la deja embarazada. La gente clama por su castración sin anestesia y con un cuchillo oxidado. Secuestros expres, violencia expres. Recuerdo las clases de sociología y el efecto denominado victimización y recuerdo a la profesora contándonos cómo los medios de comunicación provocan que la gente vea a su alrededor un mundo mucho más peligroso del que tienen.
Creo que al final prefiero el mundial. No. Apago la tele. Eso sí es paz. Vamos a jugar San Andreas. Moskis, diría Homer. Ahora soy yo el asesino. Puedo ir con mis colegas de partida y hacerles lo mismo que en La naranja mecánica.
La vivienda imposible. La vida cuesta arriba. El futuro, hipotecado en el mejor de los casos. Pero ganaremos el mundial.
Hace calor. Menos mal que abren la piscina este sábado. Los estanques se vacían, pero ¿a quién le importa cuando se está refrescando en la piscina? Ya nos preocuparemos más adelante. Por lo menos, por lo menos, hasta después del futbol nada de embalses. Y ya que estamos, nada de nada. Veintidós tíos peleándose por una pelota son mucho más importantes. Una vez leí que el futbol no es más que una representación metafórica del sexo, y que por eso gusta tanto a los hombres. El balón es el pene, y todos los jugadores lo persiguen. Adivinad qué es la portería. Y el gol, máxima expresión futbolera, es el orgasmo, fin del sexo, y por eso los dos equipos lo persiguen con tanto ansia.
Oye, pues empieza a gustarme el futbol... ¿Quién juega ahora?
Mejor me hago la cena y dejo esto del blog para otro día con mejor actitud.

1 comentario:

adrimedia dijo...

viva el fútbol!
viva la hipertensión arterial!
viva el cine que no habla de sentimientos y sólo tiene efectos especiales !
viva la eyaculación precoz!
viva el mcflurry con smarties!